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EVA: La Madre Primordial

Por Rodrigo Alonso

Para tratar algunos temas profundos, Kupferminc elige una vía lúdica, la vía del “como si”, que le permite aproximarse a ellos “como si” no los conociera, “como si” fuera la primera vez que se pronuncian. Al hacerlo, reactiva su capacidad reveladora y encuentra unos caminos hacia unos sentidos-otros que luego desarrolla mediante una amplia variedad de recursos plásticos.

Empeñada en esta tarea, realiza por primera vez un par de esculturas blandas inspiradas por el mito de la creación humana y por su protagonista más controvertida: Eva, la mujer primordial. Alejada de la desobediencia, el pecado y la falta, Eva aparece aquí como la madre al mismo tiempo protectora y opresiva, y como un personaje con peso propio (no ya subsidiaria del hombre) que asume su rol en el plan divino de dar origen a la sucesión de los tiempos. Recurriendo a lecturas alternativas, Kupferminc revisa las relaciones entre Dios, Adán, Eva y la serpiente, lo que implica repensar las complejas relaciones entre vida, conocimiento, ley y placer.

Una de las esculturas que realizó está compuesta por una concatenación de senos femeninos que pueden albergar a una persona a la manera de un vestido. Síntesis del alimento y del placer, del principio vital y del goce, éstos adquieren la altura de un núcleo existencial sin dejar de ser cuerpo. Órganos carnales, cardinales y eróticos, son igualmente agentes del deseo, la necesidad y la ley. Kupferminc destaca esa potestad cuando decide titular a la pieza Eva: Chair of all Mothers. En la sugerente confluencia del carácter multifacético de los senos, la madre primera y el principio de autoridad, la pieza promueve la imagen de una Eva potente y fundamental, y la rescata de las lecturas victimizantes a la que es sometida con frecuencia.