….Al unir “Borges” y “Cábala” se impone señalar diferencias tan fundamentales como las que separan al místico que recorre un sendero minado en el que se dirimen vida y muerte, razón y locura, de las que informan el placer de lo lúdico. Hablar de “Cábala” es entrar al espacio sagrado de la mística judía arraigada y codificada en principios y en prácticas milenarias; es partir, y arribar, a un Texto, la Toráh, origen del universo, crónica y guía de un pueblo, clave de la historia y secreto de todo porvenir.
Nada es gratuito –así también lo supo Borges— en un texto divino en que la participación del azar es computable en cero. Nada debe ser considerado gratuito –también nos lo enseñó Borges— aun cuando sólo nos enfrentamos al artificio de las letras y reconocemos los límites de una inevitablemente humana imaginación.
Saúl Sosnowski