Ser testigo que ama incondicionalmente.
Ser capaz de juzgar a Dios por Auschwitz, de declararlo culpable, de seguir
rezándole, aún allí, en Auschwitz.
Ser testigo del Poder Creador en sus múltiples y secretos Nombres.
Ser testigo de Su hacer y también de Su no-hacer.
Chispa del Ser, del atributo sin espacio que todo lo colma;
Eterno y fuera del tiempo,
para “esta cosa que soy”
Se nombra, humanamente:
“Seré Quien Seré”.
Siquiera en la duración del sueño, sombra propia;
En el remolino de viento y polvo,
De cenicienta oscuridad.
Metal de hombre –Testigo ya!
Milagroso minián de la historia.
Cronista de exilios.
Seres de paso.
Testigos de carne, de hueso, de piel;
de tinta y de pergamino.
Saúl Sosnowski